martes, 14 de junio de 2016

¿Es normal fantasear con alguien que no es tu pareja?

¿Has fantaseado alguna vez, mientras tenías sexo, con otra persona además de con quien estabas teniendo relaciones? ¿tal vez algún artista o modelo, o algún amig@? si esos pensamientos “prohibidos” aparecen durante los momentos más íntimos que pasas con tu pareja, respira hondo y relájate: no estás solo. Es más, probablemente estás en la mayoría.

En un estudio publicado por The Journal of Sex Research, el 98% de los hombres que tenían pareja y el 80% de las mujeres también con pareja dijeron que habían fantaseado con un tercero mientras tenían sexo.

La verdad es que una fantasía saludable es una de las claves de una buena vida sexual. La mayoría de gente descubre que están más satisfechos sexualmente cuando se encuentran con alguien con quien se sienten completamente cómodos.






Junto con esta intimidad viene la libertad de dejarse llevar y explorar otras cosas, incluyendo el fantasear con otra gente, lugares y situaciones. En un estudio sobre fantasías sexuales realizado por el especialista Harold Leitenberg, se concluyó que las fantasías sexuales ocurren más frecuentemente en personas con la satisfacción sexual más alta y las vidas sexuales más saludables. Por tanto, el que fantasees no es un indicativo que algo está mal, sino más bien que algo está marchando correctamente.

Las fantasías juegan un rol muy importante en nuestras vidas sexuales. Primero que todo, son fuente de excitación: “Los pensamientos pueden crear cambios físicos reales en el cuerpo, y uno puede usar esto en provecho propio” escribe la educadora sexual Emily Nagoski en Good in Bed Guide to Female Orgasms. “Ese es el por qué la gente fantasea incluso cuando está teniendo sexo: la fantasía aumenta la excitación cuando las sensaciones físicas no son tan fuertes como para llevarnos donde queremos ir”.

Las fantasías también permiten al cerebro explorar aspectos secretos y extraordinarios sin los parámetros de la vida diaria. Kaye Williams, una respetada bióloga británica, escribió en su libro First Love, First Sex:

“Las fantasías cumplen un rol muy valioso. La mayoría de nosotros, la mayoría del tiempo, nos comportamos conservadoramente, tanto en lo sexual como en otros aspectos. Nuestras experiencias eróticas representan sólo la punta del iceberg en términos de posibilidades. Muchas de estas posibilidades sólo llegan a realizarse a través de las fantasías o los sueños y muy pocas veces en la realidad”.

Entonces, más que resistirte a tus fantasías, permítete disfrutarlas. El tratar de suprimirlas puede terminar más dañándote que haciéndote bien. El reprimir un pensamiento “prohibido” hace que el cerebro no tenga oportunidad de procesarlo enteramente, y lo que podría ser una fantasía inocente termina convirtiéndose en un sentimiento de culpa que no se aleja. La mayor parte del tiempo no son las fantasías el problema, sino nuestras reacciones a ellas, los sentimientos de culpa, ansiedad y miedo sobre qué significan esas fantasías realmente.

Con información de: Agencias | webdelhombre.com

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