Un nivel educativo bajo podría ser peligroso para el bienestar a largo plazo, sugiere un estudio reciente.
Según un análisis de más de un millón de estadounidenses, los investigadores del estudio estimaron que más de 145,000 muertes se habrían podido prevenir en 2010 si los adultos que no se graduaron de la secundaria hubieran obtenido un certificado GED (de educación general) o de secundaria.
Los investigadores también calcularon que se podrían haber prevenido 110,000 muertes en 2010 si los adultos con cierta educación universitaria hubieran completado su licenciatura.
Es importante anotar que el estudio no probó que una falta de educación provocara más muertes, solo que había una asociación entre los niveles educativos y el riesgo de muerte.
Pero los investigadores sugirieron que la falta de escolaridad podría tener un rol en el riesgo de muerte de varias formas. Los factores asociados con un mayor nivel educativo incluyen unos ingresos y un estatus social más altos, unas conductas más saludables, junto con un mejor bienestar social y psicológico, apuntaron los investigadores.
Los hallazgos del estudio aparecen en la edición del 8 de julio de la revista PLoS One.
El estudio incluyó información recolectada entre 1986 y 2006. Las personas incluidas en el estudio nacieron en 1925, 1935 y 1945.
Los investigadores también encontraron que cuanto mayor era el nivel educativo de una persona, menor era su riesgo de morir durante el periodo del estudio. Por ejemplo, hubo una ligera reducción en las tasas de mortalidad de los que tenían el diploma de secundaria, y una reducción mucho más grande entre los que tenían grados universitarios.
La enfermedad cardiaca fue un factor más importante que el cáncer en el aumento del riesgo de muerte entre los que tenían unos niveles más bajos de educación, encontró el estudio.
"En la política de salud pública, con frecuencia nos enfocamos en cambiar conductas de salud como la dieta, el tabaquismo y el alcohol", dijo la autora del estudio, Virginia Chang. Chang es profesora asociada de salud pública de la Facultad de Cultura, Educación y Desarrollo Humano y del Colegio de Salud Pública Global de la Universidad de Nueva York, y profesora asociada de salud de la población de la Facultad de Medicina de la NYU.
Pero, añadió en un comunicado de prensa de la universidad, "la educación, que es un impulsor más fundamental y primario de las conductas y las disparidades de salud, debe también ser un elemento clave de la política sanitaria de EE. UU.".
Más del 10 por ciento de los adultos estadounidenses de 25 a 34 años de edad no cuentan con un diploma de secundaria, señalaron los investigadores. Más del 25 por ciento tienen algo de educación universitaria, pero no una licenciatura, añadieron.
Con información de HealthDay | Hola Doctor
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