El mundo se encuentra consternado por la terrible noticia de la 
muerte a manos de un cazador, de Cecil, el león símbolo de Zimbabue.
Con
 13 años Cecil era el león insignia de Zimbabue. Una fuente de ingresos 
(por el gran número de turistas que atraía), un objeto de estudio, un 
ejemplar que daba significado a la importancia y necesidad de proteger a
 las especies en peligro de extinción... Pero a principios de julio, el 
arco y la flecha del cazador Walter James Palmer puso fin a su vida.
Según
 la Fuerza Especial para la Conservación de Zimbabue (ZCTF, en inglés), 
el dentista estadounidense Walter James Palmer participó el pasado 6 de 
julio en una cacería nocturna en el Parque Nacional de Hwange, en el 
oeste del país.
El león Cecil fue atraído con una presa
 amarrada a un vehículo como cebo para abatirlo fuera del parque, de 
modo que técnicamente ya no sería ilegal cazarlo.
"Palmer
 disparó a Cecil con un arco y una flecha, pero este disparo no lo mató.
 Lo rastrearon hasta que lo volvieron a encontrar, 40 horas más tarde, y
 le volvieron a disparar con un arma", explicó el presidente de la 
Zimbabwe Conservation Task Force (ZCTF), Johnny Rodrigues, a medios 
locales.
El león no tenía pelo y fue decapitado. Los 
cazadores trataron de destruir el collar del animal, el cual tiene 
dentro un dispositivo de rastreo, pero no pudieron, agregó el 
comunicado.
"La parte más triste de todo es que ahora 
que Cecil está muerto, el siguiente león en la jerarquía, Jericho, 
posiblemente mate a los cachorros de Cecil", agregó Rodrigues.
La
 muerte de Cecil ha provocado indignación en todo el mundo y ha 
reavivado los llamamientos a prohibir la caza de leones en Zimbabue.
Walter James Palmer pagó 50.000 dólares para matar al animal.
El
 GPS que Cecil tenía en el cuello y que Walter James Palmer y su 
acompañante, el cazador profesional, Theo Bronkhorst, intentaron 
arrancar tras abatirlo, era un trabajo de investigación que contaba con 
la colaboración de la Universidad de Oxford para conocer el hábitat de 
los leones y buscar soluciones a los problemas de conservación que se 
plantean debido a la caza furtiva y a la falta de compromiso con el 
medio ambiente.
Juguetón, orgulloso, afable... Cecil y 
su manada se habían acostumbrado a la presencia de los humanos. Miles de
 turistas visitaban al año el Parque Natural con el único objetivo de 
fotografiar y ver en directo a este insigne león. Fue esa confianza en 
los seres humanos y un cebo muerto lo que hicieron que Cecil se alejase 
de su hogar y entrara en un terreno privado y destinado a la caza donde 
finalmente murió.
Con información de: Agencias 
 
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