25 años después de la catástrofe nuclear de Chernóbyl y a sólo tres meses desde el terremoto y el tsunami que causó estragos en el complejo nuclear de Fukushima, Italia, sin tener en cuenta la voluntad de abstención que impulsó su gobierno, se convierte en el tercer país, uniéndose a Alemania y Suiza, que excluye la energía nuclear de sus futuras fuentes de energía.
Durante los dos últimos meses Greenpeace realizó innumerables acciones anti-nucleares y el resto de la sociedad civil fue capaz de romper el silencio, devolviendo al pueblo el derecho democrático a excluir de su futuro (y del de las generaciones futuras) las trágicas experiencias que atravesaron, y siguen atravesando, el pueblo de Chernobyl y el de Fukushima.
El volver a poner el tema nuclear en el debate fue sólo la primera parte de la batalla, la siguiente fue la naturaleza confusa en que el tema fue planteado en el propio referéndum: dado que estaba destinado a cancelar la legislación establecida por el gobierno de Berlusconi, si uno quería votar "NO a la energía nuclear” debía votar que "SÍ".
"Con Alemania y Suiza moviéndose cada vez más lejos de la energía nuclear, comienza a tomar forma el camino para que sea posible un cambio efectivo hacia una economía impulsada por las energías limpias. Esperamos que otros países vean este cambio como una oportunidad en vez de arriesgarse a quedarse atrás", comentó Aslihan Tumer, miembro de la campaña de Energía de Greenpeace Internacional.
"Al apegarse a tecnologías obsoletas como los combustibles fósiles y nucleares, los gobiernos no sólo están jugando con el futuro del planeta, sino también perdiendo tiempo y dinero. Las soluciones a nuestras necesidades de electricidad ya están aquí: las energías renovables combinadas con las últimas tecnologías de eficiencia energética ya están siendo efectivas (1)", concluyó Tumer.
@HoyVerde
Fuente: Greenpeace
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